En la ciudad de Bazar de Cox, en la costa oeste de Bangladesh, el campo de Kutupalong acoge a cientos de miles de refugiados rohingyás. UN Women/Flickr, CC BY-NC-ND Víctor Resco de Dios, Universitat de Lleida y Faqrul Islam Chowdhury, University of Chittagong
Imagino que recordaremos el año 2020 como un año ominoso. Comíamos las uvas mientras se propagaba un virus, al que más tarde llamaríamos COVID-19, por un mercado en la ciudad china de Wuhan y Australia estaba envuelta en el humo de unos incendios sin precedentes.
El cambio climático es consecuencia de las emisiones indiscriminadas de gases con efecto invernadero procedentes, principalmente, de la quema de combustibles fósiles. Las actividades humanas emiten 11 gigatoneladas de carbono (GtC) anuales.
Los aficionados a El rey león recordarán la escena en la que Mufasa está sentado con su hijo Simba, todavía un cachorro. Juntos contemplan las sabanas y los pastos africanos desde lo alto de un acantilado.
Seguramente ésta sea la primera vez en nuestras vidas que vemos arder, incesantemente, durante meses, el mismo rincón del planeta. El sureste australiano está siendo azotado por las llamas desde el pasado mes de octubre.
El otoño ha dejado paso al invierno. Y con él, se van los colores propios de la estación que hemos despedido: el verde que cubría a los árboles de hoja caduca se transforma en un abanico de colores, que va desde el ocre hasta el naranja.
Es algo cotidiano. A todos se nos ha pasado alguna vez regar las plantas. Ya sea porque volvemos de un fin de semana fuera, de unos días de vacaciones o, sencillamente, porque nos hemos olvidado.
¿Usted cree en el cambio climático? ¿Cree que estamos inmersos en un calentamiento global resultante de las emisiones antropogénicas de combustibles fósiles? Estas preguntas encierran una peligrosa trampa: el cambio climático no es cuestión de creencias ni de fe.
Se estima que en el mundo hay unas 8 millones de especies de animales y vegetales. Son, hasta cierto punto, como las palabras. Unas son raras. Algunas muy viejas. Otras son muy comunes y abundantes.
Un elevado número de incendios está actualmente afectando a diversos puntos del globo terráqueo, desde Nueva Zelanda hasta Siberia (figura 1). De entre todos ellos, los que están ocurriendo en la Amazonía son los que más portadas ocupan estos días.